Y cuando te miré, supe por fin que era lo que quería: Besarte, cada día, cada tarde, cada noche, cada mañana, cada amanecer y ocaso. Por fin pude ver en tí todo eso que buscaba.
Entendí que los ojos pertenecen a aquel que los hace brillar. Por eso estando contigo, no necesitaba mirar a nadie más. No por obligación, ni fidelidad amor, no lo creas. Nunca cambiaría mi libertad por nadie. Era por algo más fuerte que yo, algo que me brotaba natural: Q U E R E R T E.
Entender que no quería a nadie más en mi vida que no fueras tú, no quería besar, abrazar ni siquiera tocar a alguién más. Porque tú, eras todo lo que jamás hubiera pensado tener. - Porque aún recuerdo esa mañana de Invierno que te volví a ver, y dijiste que me querías. ¿Tú te acordaras de cada palabra que te he dicho como yo de las tuyas?
Era mirarte y sonreír, mirarte y pensar que como tú no hay otro y que si por mi dependiera, hasta el alma te besaría. Era mirarte y no encontrar nada que no me agrade de tu rostro, de tu cuerpo. Hasta esos labios que no logran esconder tu gran sonrisa, esos mismos que tú odias eran lo mejor de mi vida. Porque esa sonrisa, me la guardaría en una pequeña cajita para abrirla en mis noches de soledad, sólo para saber que tenía una razón por la cual dormir y a la mañana siguiente despertar: tú.
Era mirarte y saber que quería que cada rincón de mi piel sea tuyo, que mis manos se enreden en las tuyas y mis besos te lleven a otro espacio pero tu cuerpo se quede en mi cama. Era saber que quería que fueras mío, que fuéramos uno en esto que muchos llaman amor.
Lastimosamente en las historias siempre hay un ''sin embargo (...)'' y esta no es la excepción.
Sin embargo, amen de todo esto, no quisiste que así sea. No pudiste quererme cariño, no pudiste quererme de tal forma que todo eso que yo sentía floreciera. Y no soy quién para robar amor a escondidas. ¡Cuánto lamento no haber sido para tí lo que tú has sido para mí! Porque ya no quiero querer a alguién que no me quiera, no quiero esperar más migajas de tí. Porque aún sabiendo que te alejarías una vez más de mí, te esperaría como la primera vez. Y te desearía suerte con quién estés, y entendiendo el tiempo que te quieras tomar. Sólo sabiendo que ibas a volver.

Hoy te digo adiós luego de confesarte todo eso que ya bien sabías, porque sin dudas, tú ya sabías que era interinamente tuya. Aún sabiendo lo mal que suena eso en una chica.
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Arrancacorazones.