¿Qué nos une? ¿Qué te ata a mí? o la pregunta sería ¿Qué me ata a vos? Porque de verdad, se me hace muy difícil sacarte de mi mente, dejar de pensar en todo eso que quiero y no tengo con vos.
Te miro y no encuentro nada que me haga esquivar tus besos, es en cambio, lo mejor que me ha pasado. Son el paraíso donde quiero estar. Tus brazos son mi calma y tus palabras mi perdición. Haces justamente eso, que me pierda en vos. Que cada vez que te vea me vuele la cabeza, mis sentidos se alboroten y sienta una inaudita sensación en mi estómago al observar como me hablas.
No sé que es lo que querés, no sé que es lo que realmente pretendo de vos. Pero estoy segura de que te quiero en mi vida para siempre (o hasta donde la mente pueda llegar)
Una y mil veces lo dije, por un poco de vos dejaría muchas cosas. Y es injusto para mi corazón quererte tanto y no recibir nada a cambio, más que reclamos y cosas estúpidas de tu parte. Por momentos suelo pensar que es adrede, que sabés que te quiero y por eso me ponés a prueba. A veces, se me cruza una extraña idea de que querer alejarme, pero todo me hace volver: Esas canciones que tanto nos gustan me llevan a vos. Mis amigos hablando de amor, me llevan a vos. Y tus mensajes en plena madrugada, obvio que me transportan a vos y a lo bien que me haces sentir cuando me decís 'te quiero'
Verdaderamente no quiero juzgar tu manera de querer, pero no te entiendo.
Quizás este tiempo no es de los dos, no estamos destinados, no estamos juntos en esto. Quizás la idea de la vida de que vuelvas cada vez que te vas es simple: Nos pone a prueba de a ver cuánto podemos soportar por amor una persona que no nos sabe querer, para así hacernos más fuertes. Y es irónico, porque desde que te conocí no quiero que otra persona sea parte de mi vida. No quiero servirle café a alguién más, no quiero permitir que nadie toque mi pelo en las mañanas si no sos vos. Mucho menos toque mi piel si no lo haces vos. ¿Qué es esto? Alguién alguna vez me supo decir que estoy cerrada a este sentimiento, ¿y sabés qué? puede que sea así. Pero por más que intente conocer a alguién más, con tu presencia en mí, es muy difícil.
¡Me encantas de pies a cabeza! Y no es sólo esos ojos café lo que me atrapan, va mucho más allá: Me encanta tu mente, tu forma de pensar y expresarte. Me encanta todo tu ser.
Ojalá algún día te des cuenta de verdad que no hay persona que pueda ser tan estúpida de quererte así, más allá de saber que vos no podés ni querés devolver lo mismo. Y ojalá yo ese día esté ahí, para seguir queriéndote y abrazándote como la primera vez.
Me lastima saber que jamás te perdí, jamás me hiciste daño yéndote porque jamás te tuve para mí. Nunca me prometiste nada que no pudiste cumplir, yo sola me armé un quilombo en la mente con tu nombre. -es decir- nunca supiste decirme que carajos es lo que te pasa conmigo.
¿Jugás? ¿Te divertís? Y no, no voy a pensar que es mi culpa, ¿sabés por qué? Porque jamás te busqué, jamás te hable en esos dos años que no nos hablábamos. Nunca. ((Y no, no creo que haya estado mal)) Acá el que vuelve sos vos. Aún después de haberme dicho que quizás podríamos ser amigos. No, no quieras decir que es mi culpa.
Volver no es mi culpa, mi culpa es hacer de ese sentimiento una maraña de cosas en mi cabeza.
Sé que puedo soportar alejarme, o que te vayas. Así que sí, hacelo cuando desees. Porque para que te quieran de a ratos, es mejor que no te quieran decía algún autor por ahí, y con cuánta razón! Tal vez a algunos sí, porque hasta yo lo he hecho, pero al menos no se hace cuando querés de verdad.
Somos jóvenes y nos queremos divertir sin ataduras, pero perdón, tu amor es un vicio y no quiero salir.