Mirá, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
cómo un suspiro de esos que no se esperan.
Vivo por esa boca
esa boca que sin siquiera quererlo,
me hace respirar.
Me pierdo en esos abrazos
y en tus brazos me encuentro,
cómo si fuera una pradera de hojas nuevas.
Me gusta tu sonrisa,
y todo lo que te hace reír.
Tu risa es un sonido atroz,
un sonido encandecente de emociones.
Necesito de esa dulzura,
de esos ojos café que me tienen loca.
Necesito de esa puerta que me das
para atravesar a tu mundo,
ese trocito de cielo de dos.
¿No me prestas tu mano en esta noche?
No podés, por razones técnicas, no podés.
Entonces me voy a conformar con besarla,
amarla y admirarla.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos,
el amor de los hombres...
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Arrancacorazones.