Festejar para sobrevivir.

Una vez más, una noche en donde la soledad y el desafío que es la vida me juegan una mala pasada. Hace tiempo no me sentía así, tal vez la charla que tuve hoy, me recordó cosas que no tenía que haber recordado. Me hizo dar cuenta que casi nada se puede tapar con la palma de la mano porque cuando menos lo esperas, salen a la vista.
Y cuando me quise dar cuenta, ya me estaba abrazando el dolor y las lágrimas caían por mis mejillas sin un fin. La nostalgia, la tristeza y todo eso que había dejado hace unos meses, volvieron.
Simplemente, ésta vez no sé como manejarlo. Me siento triste, pero no es la misma tristeza que sentía habitualmente. Antes ante cualquier recaída, sólo me lastimaba y eso me hacía sentir bien. Ahora, todo se me hunde porque sé que no puedo caer así, que no tengo 15 años y que las cosas se enfrentan como ''adulto'' que quiero llegar a ser. Pero siendo una tortuga ¿cómo hacés para levantarte vos sola? Así me siento, tal y como una tortuga caída sobre su caparazón. No tengo escapatoria, tengo que esperar que sople un viento fuerte y me ayude a parar.

Empecemos por esto: extraño a mi papá, a partir de su muerte me sentí vacía y llena de todo eso. Me sigue removiendo hasta el día de hoy, un año y tres meses no bastaron para olvidar. Haría lo imposible por estar cerca de él en este momento; a pesar de todo, hubiera dado mi vida por sólo un minuto más en sus brazos.
Su partida fue ese click de la vida en dónde te enseñan que no todo es como pensas, que tenés que girar 360° en tu eje para poder seguir. La vida es dura, y te empuja a seguir.

Sí, estoy superando poco a poco mis miedos, mis ruinas y todos mis mambos de adolescente, de eso estoy segura. Pero me dí cuenta de que nada ni nadie me puede hacer sentir bien si yo no estoy bien conmigo. De nada sirve fingir. Vivo mintiéndome a mí misma, a mis amigos, a mi alrededor. No estoy bien, nunca lo estuve. Pero a nadie le preocupa, porque me río con ellos.
Ya ni siquiera sé que es lo que quiero, llevo arrastrando una mochila que no puedo dejar caer y eso me hace llevar por delante muchas oportunidades que QUIZÁS hubieran sido buenas de aprovechar.
Diecisiete años, una vida por delante pensaran muchos (pf, si me lo habrán dicho) Pero no tengo ganas de seguir, hace años no las tengo.
Mi vida es un constante sube y baja de emociones.
Se trata de vivir momentos felices, de transitar todo lo malo con una sonrisa, para así algún día poder decir que lo superaste de la mejor manera. Sólo se trata de fingir demencia y llorar en silencio, odio todo esto! 
Quisiera salir a la calle y gritar lo mal que me siento, lo mal que la paso en algunos momentos, lo hartante que es ni siquiera poder cenar con tu mamá porque cada palabra cruzada es una discusión, lo horrible que es sentirte solo y sin nadie en quien confiar, lo triste que es necesitar un abrazo y un oído que esté con vos, lo feo que es llorar hasta quedarte dormido y lo mal que está pensar todo el tiempo en bajar los brazos.
Tengo todo y a la vez no tengo nada.

¿En qué creemos cuando ya no creemos en nada?

Doy mil vueltas, y ya nada sale como lo esperaba. Esperé este momento todos los días de los tres años que pasaron desde la última vez que lo ví. Hoy no sé si estoy mal, o está todo mal.
Quiero arriesgarme por una vez en mi vida! Quiero saltar sin paracaídas, y esperar que haya un salvavidas en ese gran océano que es el amor (quiero que sea él)
Quiero creer por una vez en mi vida, ¡PERO NO PUEDO! Tengo impotencia por ser tan insegura, por no saber como manejar ciertas cosas de mi vida.
Me dice que me quiere, que tiene miedo a enamorarse de mí, que quiere verme, que me extraña, busca todos los momentos posibles para que nos veamos. Es todo lo que siempre quise de él, con él. Nunca pensé volverlo a ver, nunca pensé que pasaría, nunca creí estar sentada frente a él tomando un café, ni siquiera volver a hablar por chat y mucho menos creí estar abrazada a él en una parada de colectivos. Veía todo tan lejano como imposible. 
Estoy extasiada, pero a la vez siento muchísimo miedo. Miedo a no saber manejar esto, y arruinarlo. Tengo miedo a estar arruinando lo hermoso que es todo esto por miedo a querer arruinarlo, se entiende? 
Nunca creí en nadie, nunca me arriesgué de verdad y así terminé. Nunca pude querer ni dejar que me quieran. Nunca pase de besos y abrazos en alguna plaza, o caminar de la mano después del trabajo. Sólo por semanas, porque eso nunca dura mucho. Y la gente así se fue alejando de mí, creyendo que fueron uno más en mi vida.
¡Quiero sentir la plenitud de gritar a los cuatro vientos que te amo! Y que no me importaría dejar todo por vos.

La Primavera sos vos.

¡QUÉ MÁS QUISIERA QUE PASAR LA VIDA ENTERAAAA, CÓMO ESTUDIANTE EL DÍA DE LA PRIMAVERAAA!
La canción que resuena en mi mente cada día de la primavera que vivo, y hoy, hoy se me pasó e último día del estudiante. Sigo sin creer que ya estoy en el último año de secundaria, sigo sin creer que en menos de dos meses se viene mi fiesta de egresados (y por favor, ni hablemos de que ya pasó Bariloche!) sigo sin creer lo rápido que pasó todo este año!
Creo firmemente en que los días pasan con igual de tiempo, solamente que lo vivimos tan bien que pareciera que fue ayer cuando empezamos a pagar el viaje a Brc, que fué ayer cuando faltaban dos días para irnos a Mardel, que fue la semana pasada cuando caímos de que estabamos en 6to.
Estoy extasiada de felicidad, vivir momentos así con amigos y compañeros, es lo más hermoso que te puede pasar!
Tumbamos la casa de Julián por el día del estudiante, tumbamos Liaaaar. Y a la vuelta, no sabíamos ni como habíamos llegado. La salida más buena que tuvimos después de Bariloche, más porque estuvimos todos los que nosotros quisimos. No me voy a cansar de decir, que a pesar de las diferencias, las peleas, los arranques, y lo todo, son lo mejor que tengo y voy a conocer alguna vez.
Un día, en plena hora de trabajo, un compañero que me dijo que los compañeros de secundario siempre van a ser las mejores personas que vas a conocer en tu vida. Porque son iguales a vos, no tienen maldad en sus actos y son tan transparentes como algo ideal. Nunca vas a pasar tanto tiempo con una persona y vas a querer seguir estando con ellos.
Ese día, juro que se me cayeron las lágimas, pensar en que todo se está por acabar, me parte el alma (y mucho más a mí que soy una sensible de mierda). Agradezco haber conocido a personas tan lindas, y algunos, son la razón por cuál sigo en pie.
Incomparable la sensación que se siente ser egresado, hasta para el colegio sos como ''el ejemplo''. A pesar de como egresado técnico, tenemos un año más, no vale de nada. Porque los recreos, las horas libres con amigos, las jodas con los profes, las vueltas que das para ver al que te gusta, y todo eso que hace que tu día sea lindo, ya no va a estar.

Este año fue muy diferente al anterior, después de todo lo ocurrido en 2014, pensé que éste iba a ser el peor, no tenía las ganas suficientes de vivir a pleno mi último año de secundaria. Sin embargo, la vida te empuja a seguir y sin querer, vas consiguiendo lo deseado por poco que sea.
Empecé a trabajar, independicé mis gastos, me fuí a Bariloche, las salidas con mis amigos, mi mejor amiga de novia ((¡¡quién lo hubiese pensado!!)) conocí personas hermosas que hicieron mi vida más linda, y mi vieja, mi vieja que es la que siempre me banca a pensar de todo! No tengo que pedir más nada, pero a veces somos inconformables.

Ojalá fueras eterno sexto, quiero toda mi vida con ustedes compañeros! Pero confío ciegamente, en que lo mejor, está XVenir.

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