Quizás, sí, tuve esos momentos de querer irme, de querer ahorcar a mi hermano por las cosas que hace, pero... no hay nada más lindo que estar con él, no hay nada más valioso que sentirte en casa, sentirte contenida y feliz de estar con esas personas que amas.

No hay otra cosa en el mundo que ame más que a mi hermano, él y mi mamá son mis únicos heróes en el mundo, son mi todo.
En fín, fueron los días más lindos que pude haber pasado acá, me sirvió muchísimo para reflexionar con cada cosa que me pasaba. Sí, como vieron creo que he dejado de pensar en él... ¿Es mejor no? Y también, las cosas que viví, por dios, quisiera vivirlas de nuevo. Desde aquella madrugada mirando estrellas ''rojas'' -según nosotros- con Martín, hasta los días en que amanecíamos con los chicos tomando, fumando y mirando películas. Me acuerdo de esa noche de enero en la que tomamos de TODO y después ninguno se podía levantar del dolor de estómago -jajajajajajajajá- por esas cosas los amo. Y ni hablar de las salidas con mis tías, y primos, los adoro tanto. En definitiva, viene bien un poco de felicidad a la vida de vez en cuando...
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Arrancacorazones.